El niño de cuatro años que no le teme a la muerte

 Al ver la madurez de un niño de cuatro años puede sorprendernos. La muerte puede asustarnos, pero no en el caso de Carlos. El sabe que su tiempo ha llegado. Logró tener una vida feliz y jugar videojuegos con Mariana Nuñez. 


Desde el momento que  comenzamos a vivir, la muerte ya está lista para tomar nuestras vidas. El ser humano es una de las especies más débiles de nuestro planeta. Unos tienen la suerte de vivir su vejez otros solo una pequeña parte de su vida. Muchos seres humanos nacen con una enfermedad de la cual puede ser incurable. Hay niños, que lo único que han conocido desde el momento que nacieron es un hospital. La muerte puede causar una madurez increíble en estas pequeñas criaturas. La vida puede ser muy corta para algunos de ellos, pero saben cómo aprovechar esos últimos momentos de su vida.


Carlos, un niño de tan solo 4 años con Leucemia. Le cambió la vida a la médica Mariana Nuñez. La madurez de este niño a tan corta edad es impresionante. Puede que no haya vivido lo suficiente como muchos de nosotros. Sabemos que nuestro tiempo en la vida es limitado. Carlos sabía que no estaría vivo por mucho tiempo, pero hacía lo que más le gustaba. Jugar videojuegos. Especialmente el Mortal Kombat con Mariana. Todos tenemos diferentes deseos y metas por cumplir. La muerte es quien decide cuando se acaban. Carlos sabe que Mariana y sus padres aún tienen mucho por hacer. 


Se puede llegar a decir que a cierto punto, presintió su partida. Logró despedirse de Mariana y jugar por última vez videojuegos con ella. Dejó un gran vacío, pero se fue feliz. La vida puede ser muy corta. Debemos aprovechar cada momento de nuestras vidas y pasar el tiempo con quienes nos alegran la vida. El dolor, puede que sea el factor que haga que estos niños maduren a tan temprana edad. No solo su dolor, también el sufrimiento de los padres y familiares al ver que no mejoran cada día que pasa. Carlos no le tenía miedo a la muerte. El sentía que lo que tenía que hacer en esta vida, ya lo hizo. 


La muerte no nos roba tiempo. Nosotros somos quienes se lo robamos. Carlos solo disfrutó cuatro años de su vida. A pesar de ello, logró llevar una vida feliz  y disfrutar un poco de su infancia. La muerte siempre está presente en nuestras vidas. Sin embargo, nunca sabremos cuándo es nuestra partida. Aunque a veces no sea probable, la muerte siempre es posible.  Muchos pueden llegar a tenerle miedo. Principalmente la muerte propia. Por qué se espera algo terrible o simplemente llegue a pasar nada después de dejar el mundo, Nos hace  pensar en la vida y no en la muerte.


Podemos llegar a pensar que la madurez  de Carlos a esa edad no sea cierta. Muchos de nosotros no hemos experimentado el dolor que él sentía por la Leucemia o ver sufrir a sus padres. En cierto modo, nosotros decimos cuando ya es tiempo de irnos y no temerle a la muerta. La conciencia de la muerte nos hace madurar. De niños pensamos que somos invisibles, pero poco a poco nos vamos dando cuenta lo frágil que es nuestro cuerpo.


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